12 de março de 2008

Peregrinos


Semeavas beijos na doce Compostela,
peregrino de leves esperanças,
com os braços ao vento
e os olhares ao infinito
dalgum fractal inédito e possível.

Na tarde alçada entre os namoros,
abrochava a flor de caminhantes
com verso abraçado
à árvore extensa das delícias...

e uma nave na alma da ternura
desde o adeus longo, talvez triste,
daquele gaudio velho, de olhar livre...
pardo, em cantos reiterados
dizia eterno passo na carícia...

Onde vai o meu romeiro,
meu romeiro onde irá...
caminho de Compostela
nem sei se lá chegará...

2 comentários:

Anónimo disse...

Mi querida Iolanda, éste bello poema (del cual no pude traducir algunas palabras) me hizo recordar la hermosa (qué digo ¡hermosísima!) Galicia que viene en mi recuerdo desde que tuve la oportunidad de recorrer parte del Camino. Mi recuerdo es más grato sabiendo que estuviste ahí, con Iara y con Alexander, para darme ánimos. Un fuerte abrazo.

Anónimo disse...

Querida amiga,

Para ti:

Sembrabas besos en la dulce Compostela,
peregrino de leves esperanzas,
con los brazos al viento
y las miradas al infinito
de algún fractal inédito y posible.

En la tarde alzada entre los amores,
brotaba la flor de caminantes
con verso abrazado
al árbol extenso de las delicias...

y una nave en el alma de la ternura
desde el adios largo, talvez triste,
de aquel gaudio viejo, de mirada libre...
pardo, en cantos reiterados
decía eterno paso en la caricia...

Dónde va mi romero
mi romero dónde irá...
camino de Compostela
no sé si allá llegará...